Claudio no tiene quien le escriba

sábado, 6 de diciembre de 2008


Claudio tiene 86 años y es diabético. Tiene en los ojos, que son de ese color entre marrón y verde que se les pone a todos los abuelos, un velo de cataratas. Sus manos son menudas, todo él es menudo, excepto el vientre, que es redondo y prominente. Lleva una cicatriz en el entrecejo porque se cayó en casa. Me dio un algo, dice Claudio.
-¿Esto qué es, calamares
-No, Claudio, es lenguado
-Pues sabe a calamares
Su mujer se le murió en junio y enterrarla le costó un millón. Un millón, repite Claudio. Y sus ojos con velo de cataratas se empañan un poco más, aunque no por el millón, sospecho. Tiene cinco hijos y uno que se nos murió de unas fiebres, pero ninguno está con él porque cada uno tiene su faena.
-¿Tiene buena gana hoy, Claudio?
-El que come no se muere
¡Estupenda reflexión! le digo, riéndome a carcajadas. Y él me devuelve la risa.
Claudio es coqueto. No quiere el pijama color desvaído y pide uno azul, que le alegra más la cara. Se abrocha mal los botones de la chaqueta. Me deslomé para sacarlos adelante, me dice Claudio, mientras me permite que yo se lo haga bien.

-Este azul le va muy bien a su cara, Claudio
-Eso ya lo decía yo

Hoy tiene 142 de azúcar, pero mientras no pase de 150 no hay miedo. O eso dice Claudio. Y me cuenta que en verano se sienta con sus amigos en el pueblo, al lado de la fuente, a comprometer a las muchachas.

-Están buenos los calamares
-Es lenguado, Claudio
-Pues sabe a calamares

2 comentarios:

Thalía dijo...

Supongo que el que más y el que menos se convertirá en Claudio más tarde o más temprano. Es ley de vida.

Al menos que lleguemos siendo coquetos, y eligiendo el azul, para que nos alegre la cara.

Besos.

Anónimo dijo...

Claudio ya ha encontrado a alguien que le escriba, le escuche y además le abroche bien los botones de su pijama azul...

¡Ah! y no le contradigas. Si dice que sabe a calamares es que quizá sean calamares disfrazados de lenguado.