lunes, 5 de enero de 2009
Queridos Reyes Magos:
No quiero empezar esta carta diciendo lo que os dice todo el mundo, que he sido buena, porque la bondad es relativa. Si le preguntáis a mi madre os dirá que cada día soy más roja y más atea (cosas ambas que ya de por sí me catalogan ante ella si no de mala, sí de menos buena) Si le preguntáis a mi vecina de arriba os dirá que soy agradable y servicial, pero en cambio, si le preguntáis a mi hija os dirá que soy insoportable y que tengo un carácter que no hay quien me aguante. Si le preguntáis a mi jefe os dirá que le tocó la lotería conmigo y que no hay otra como yo, pero si le preguntáis a los que mi visitan mi blog y escriben un comentario y a los que no les devuelvo la escritura (lo que no quiere decir que no les devuelva la visita) os dirán que soy una sosa engreída. Si le preguntáis a unos os dirán que soy todo corazón y si le preguntáis a otros os dirán que soy una rata rastrera sin corazón.
Así que mejor no preguntéis a nadie y os fiáis de vuestro instinto.
Este año sólo os quiero pedir una cosa. Y llegados a este punto me acabo de acordar de un chiste. ¿Se pueden contar chistes a los Reyes Magos?
Iba caminando un hombre por la calle cuando de repente se encuentra una lámpara mágica. Se pone a frotarla y aparece un genio. El genio le dice: Te concederé un deseo, pero rápido porque tengo mucha prisa. El hombre lo piensa y le dice al genio:
-Quiero una autopista de Madrid a Miami. Mi hijo vive en Estados Unidos y me da miedo el avión.
-Pero hombre, eso no puede ser, ¿tú sabes lo que costaría hacerla? es mucho material, se necesitan muchos soportes, cemento, pavimento, gasolineras cada equis kilómetros, carteles avisando de los delfines saltando... piensa algo más sencillo.
-Bueno, entonces quiero entender a las mujeres, saber por qué lloran sin motivo, por qué tienen esos cambios de humor, por qué...
-¿De cuántos carriles dices que quieres la autopista?
O sea, sé que lo que os pido es difícil, pero el genio era uno y vosotros sois tres. Si os repartís el trabajo os costará mucho menos que hacer una autopista de Madrid a Miami.
El regalo que quiero ( que vosotros sabéis de sobra porque para eso sois magos) lo podéis dejar en cualquier sitio, que yo sabré encontrarlo: en la parte amarilla de una margarita, en la lágrima a la que no permito salir, entre las hojas del libro de mi mesilla, en el neceser que me llevo a los viajes o en las yemas de los dedos de mi padre.
Vuestra, esta noche más niña que nunca.
5 comentarios:
Les pediré a los Reyes que me traigan lo que tu le has pedido, a ver si es verdad eso de que la unión hace la fuerza...
Un besazo bonita.
Ojalá tuviera una varita mágica. Malditos reyes, qué putada que sean los padres.
Besos muchos
...
Me gustaria que me sintieras siempre a tu lado, como yo ten siento a ti
Ojala, los reyes magos te traigan eso y mas.
Preciosa la entrada, gracias.
Lo tendrás, estoy seguro de que lo tendrás, porque te lo mereces...
...y porque como no sea así pienso darme de baja de la monarquía y pasarme al barrigudo del batín rojo!!!
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