jueves, 6 de agosto de 2009
Confieso que más de una vez, y más de una docena de veces, he llorado escuchando esta canción. Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos estado rozando esa nube negra, cuando no totalmente inmersos en ella. Tiempos fatídicos en los que no ves salida a tus problemas, a tus sentimientos, a tus sueños. Jornadas interminables en las que te regodeas en tiempos pasados que lejos de ser mejores, sólo fueron eso, pasados. Momentos que sólo vemos la soledad, el desamor y la angustia. Que levante la mano el afortunado que no haya tenido la nube negra acomodada en su cama.
La buena noticia es que llega un día que dices ¡ya! y ya está. Abres la ventana de par en par y empujas con suavidad, pero con firmeza, ese pedazo de algodón que vive encima de tu cabeza, hasta que sale volando en busca de otras víctimas. Vuelves a beber ginebra por placer y no por olvidar y el que te da la mano la siente tibia, como deben sentirse las manos.
En cualquier caso, una canción excelente.
Hoy...Nube negra
4 comentarios:
Gracias, bonita canción.
besos
Una cosa es la tristeza y otra muy distinta la desesperanza.
Vive Dios! Viva la amnesia y la madre que la parió! Vivan las certezas de mortalidad!
XD
Muy triste la canción, conviene estar juntos en la nube negra que esperar al otro lado.
Qué buen blog!!!
Felicidades
Muchísimas gracias, Gaviota.
¡Y bienvenida!
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