De los cuarenta parriba...

sábado, 4 de septiembre de 2010

Mi amiga está cabreada con el mundo empresarial, en particular con los empresarios que pasan tres pueblos de tener en consideración un currículum después de echar un vistazo a la fecha de nacimiento del que lo envía. Ya puedes tener años de experiencia, ya, que si pasas de los cuarenta, te los puedes comer con patatas.
Mi amiga tiene para aburrir (experiencia, digo) es buena en lo suyo y tiene los años muy bien llevados. Pero eso poco les importa a los contratantes, por lo que se ve. Y mi amiga, que tiene un ramalazo vengativo cuando se pone, ahora se ha puesto. Y puestos a ponerse, va y se pone a elaborar una lista de empresas que discriminan a la gente "de su edad". Y además la publica en un blog, por si alguien más quiere dejar su testimonio.
Yo no sé si servirá de algo, pero como es mi amiga, y además tiene más razón que una santa, os dejo el enlace a la derecha del susodicho blog. Vamos, que pocos visitantes le voy a llevar, pero como se suele decir... un grano no hace granero pero ayuda al compañero.

Recuento

martes, 17 de agosto de 2010

Durante estos cuatro días que han durado las fiestas de mi pueblo...
Páginas leídas: 382 (ya me he terminado el sexto)
Horas intentando dormir sin conseguirlo: por lo menos 30
Conversaciones telefónicas de madrugada: 3
Dedos rotos de mi hija: 2 (el corazón y el anular de la mano derecha, para ser exactos)
Comidas sanas a base de patatas bravas, torreznos, ensaladillas rusas y demás: Todas
Bebidas alcohólicas: 1
Dinero gastado: ni un euro
Veces que escuché en los bares a Shakira con el WakaWaka: 13
Negros que se me acercaron a venderme sombreros o gafas: 17
Fotografías realizadas por mi madre cortándome la cabeza: 2 (y mira que es difícil con una digital)
Veces que he visto a Manolo el del Bombo dándole al idem: 7
Besos castos repartidos a parientes y amigos: 22
De los otros: Cero patatero, oiga
Estornudos debidos al cambio climático tirando a frío: 11
Lavadoras matutinas puestas con la ropa de mi hija: 4
Veces que me he acordado de la madre que parió a los de las charangas: Incontables
Vamos, que me lo he pasado bien.

No puedo parar

lunes, 9 de agosto de 2010

Debería haberlo sabido. En mi descargo sólo puedo decir lo mismo que el escorpión: es mi naturaleza.

Hace unos meses una amiga me regaló cuatro libros de una misma saga: La hermandad de la daga negra. A ella le gusta mucho este tipo de literatura, a saber: vampiros, muertos vivientes y demás pobladores del submundo. A mí no me entusiasma, la verdad. Los tuve descansando en la estantería de mi viejo librero semanas y semanas, por una parte por lo dicho anteriormente y por otra parte porque me conozco y supuse que si leía el primero y me gustaba ya no podría parar.
Una tarde plomiza de domingo me encontraba tumbada en el sofá de mi salón mirando el techo, navegando entre galeones repletos de recuerdos imposibles y a punto de gritar ¡al abordaje! y convertirme en la filibustera mayor de la nostalgia. Entre cañonazo y cañonazo mis ojos se encontraron con los libros. Venga, me dije, peor que la película de piratas que te estás montando no puede ser. Y cogí el primero de la saga: Amante Oscuro.
Y ahí empezó mi perdición.

Devoré literalmente los cuatro títulos, después del Oscuro vino el Eterno, luego el Despierto y por último el Confeso. Antes de que se me acabara éste ya había ido a la librería a comprar el siguiente. Mi gozo en un pozo, no lo tenían. Así que encargué el quinto y el sexto mientras alargaba todo lo que podía el final del cuarto intentando evitar el "mono" que yo misma me vaticiné. Cuatro veces, cuatro, fui a la librería a preguntar por mis hermanos de la daga negra, unos vampiros que tan pronto daban buena cuenta de media docena de restrictores (seres sin alma dedicados a su caza) como le echaban media docena de polvos seguidos a su amor.
El viernes por la tarde llegaron por fin y hace un par de horas he terminado de leer el quinto, el Amante Desatado, y ya estoy deseando empezar el siguiente, el Amante Consagrado. O sea, que estoy enganchada totalmente. Mi naturaleza, como decía al principio.

Y me da por pensar lo bonito y lo fácil que sería en nuestro mundo tener algunas de las ventajas de ser vampiro. Desprender un olor especial y característico cuando se está enamorado, por ejemplo. Te quiero, te amo, eres la mujer de mi vida...¿ein? anda, embustero, si no hueles a nada. No me digáis que no sería cómodo.

Lo malo es que hay tres libros más en la saga pero no están traducidos todavía, según me ha dicho el librero.

Y no sé si voy a ser capaz de aguantarlo.

No te metas a mi feisbuk

lunes, 26 de julio de 2010

Que no soy fan precisamente del facebook lo sabe cualquiera que me conozca. Que conozco cantidades ingentes de gentes (nota mental: no intentar hacer juegos de palabras chorras) que están loquitos por entrar y salir y pernoctar dentro de él, también es verdad. Que yo me creé una vez un perfil...pues sí. Con datos falsos, eso sí, y ni una sola foto, pero crearlo lo creé. Y desde que lo creé... allí está... sin tomarme la molestia de ver si le ha crecido musgo por las esquinas. Simplemente es algo que no me llama, que no me dice nada, y yo normalmente a lo que no me dice nada...lo ignoro.
Pero es que hoy he recibido un correo con los nombres de grupos del feisbuk más graciosos y me he reído un rato a gusto yo sola. Primero, porque hay que reconocerle el ingenio a los que se inventan los nombrecitos y segundo, porque yo creo que eso nos ha pasado a todos. Y si no... aquí van unos ejemplos...

Yo también he usado alguna vez el móvil como linterna
Sin ir más lejos, yo lo usé de linterna en tierras de Jaén, pero es que no se veía ni tres en un burro ¡eh!
Saco el móvil, miro la hora, lo guardo y ni idea de la hora que es
Yo hace tiempo que no llevo reloj de pulsera porque uso el móvil, como muchos. Y como muchos miro la hora sin verla.
Yo también dije "trae, que tú no sabes" y luego tampoco supe
Venga, venga, que levante la mano el que no lo haya dicho nunca.
Mi madre también dice "es la primera vez que me siento en todo el día"
Mi madre lo dice cada vez que nos juntamos a comer en su casa toda la familia. Claro, es que para hacer comida para ocho (sí, esa es "toda la familia") necesita coordinar a todos los gremios.
Mamá házme algo para comer. ¿Por qué no te lo haces tú? No, es igual, no tengo hambre
Si me dieran un euro por cada vez que he tenido esa conversación me compraría un Ferrari. ¿Pa qué? pa tenerlo
Yo tampoco he visto nunca una paloma pequeña. ¿Nacen ya grandes?
Oye, que jamás se me hubiera ocurrido preguntarme esto pero puestos a hacerlo...¿nacen ya grandes?
A mí también me dijo que le salió fatal y la asquerosa sacó un diez
Una amiga de mi hija era especialista en eso. Y mi hija decía la frase de marras textualmente. Yo creo que este grupo tendrá muchos adeptos.
Yo también me pego golpes contra los muebles y empiezo a agonizar
¡Coño! y quién no. Ese dedito del pie que pega contra la pata de la mesa, agggggggggghhhhhh
Los cortes de digestión no existen: son los padres
Eran los padres cuando yo era hija y lo siguieron siendo al ser yo madre
Yo también me quedé aislado porque mi madre fregó el suelo
Jajajajaja un clásico. El sábado mismo le dije a mi hija... no salgas de tu habitación que voy a fregar el pasillo.
Ojalá tuviera por la noche el sueño que tengo por la mañana
Uish, y el que tengo a media tarde.
Si no sabes diferenciar entre "a ver" y "haber" deberías morir
O al menos, cortarte una mano

Vamos, que visto lo visto, el feisbuk es un pozo de sabiduría popular.

Agradecimientos

miércoles, 14 de julio de 2010

Volví de la velada literaria con 1500 kilómetros más en mis costillas, con abrazos sinceros guardados en la maleta y con las pupilas llenitas de olivos. Ayer le mandé un correo de agradecimiento a la organizadora del evento, que es el que sigue. A mi amiga, a la que me alojó en su casa, a la que me enseñó el Parador, a la que no le importó conducir tres horas para que yo disfrutara de una noche mágica y otras tres para devolverme a la realidad, a la que me llevó a comer berenjenas con miel... a ella... se lo agradecí en la estación, mientras nos despedíamos.

La verdad es que no sé cómo empezar. Todos los pensamientos que tuve desde el momento en el que recibí tu mail para invitarme a la II velada literaria fueron positivos. Pensé que conocería gente interesante, que sería divertido, que tendría un fin de semana para disfrutar, que sería una experiencia distinta e inolvidable. Pero todo lo que yo fabriqué en mi cabeza se quedó corto, muy corto...

Doce personas reunidas en la misma casa, desde los ocho a los taitantos años, y ni un solo roce. Entre todos reuníamos un buen montón de kilómetros para llegar hasta allí, aunque la palma se la llevaron las gallegas. Claro, que llevaban un super GPS que las dejó en la misma puerta. Así cualquiera.

La comida (¡qué comida!) sirvió para un primer contacto, para presentarnos y para charlar de la mar y de los peces. Y ¡cómo no! para criticar al mercurio, ése que nos mostraba, ufano él, que estaba en la rayita de los 47 grados, pero que a poco que pusiera interés se ponía en los 50. ¡Bah! termómetros a nosotras...

Después de la comida, hubo gente pa tó. Los más osados cogieron el coche y se fueron a conocer los alrededores, los más sensatos cogieron la almohada y se echaron una siesta y las dos Evas, Juani, Divi, Elena y Carlos cogieron/cogimos los sofás de "La esfera" y compartimos cuatro horas de cháchara, de risas y de matamoscas. Hasta hicimos un sorteo, con números escritos en un papel y todo ¡eh!, para establecer el orden de duchas, que se cumplió a rajatabla. A los bellos durmientes no les quedó otra que acatar los designios de los papelicos y esperar su turno. Así y todo, Nonita estaba arreglada antes que yo. Y es que nunca me había pintado el ojo abanicándome a la vez, hay que tener destreza para eso.

El picoteo en Hacienda Romero (si eso era un picoteo, no quiero saber lo que será una comida en condiciones) genial. Fantásticos los huevos, Sebastián. Y después, al lío. Yo creo que, aunque no se nos notara ni una pizca, todas teníamos mariposas en el estómago antes de "salir a escena". Primero fue la casa de Cristina, la ganadora, luego mi librería, después el piso en alquiler de Charo, luego el bureau (leído bureau o bigó, a gusto del consumidor) de Nonita y por último el hombre de ojos verdes de Eva C (no se pide cualquier cosa la muchacha, no) Cinco relatos mágicos. Claro, que...¿qué podría esperarse en un entorno mágico y en una noche más mágica aún?

Las velas en la piscina, la ramita de romero que acompañaba "el certificado" de que yo estuve allí, la botellita de aceite de oliva, el letrero con mi nombre en la puerta de la habitación (que me llevé de recuerdo)... todo estaba preparado con tanto mimo que emocionaba. Y para emoción, y de las gordas, cuando tocó despedirse. De Rosa y Sebastián, anfitriones inmaculados. De las profesoras de matemáticas, con las que sentí un feeling especial desde el primer momento. De todos los demás, cómplices de cuartos, de cigarrillos, de confidencias sobre La Dolores...

En el viaje de vuelta llevaba tantas sensaciones conmigo que tuve que cerrar las ventanillas del coche para que no se me escapara ninguna.

Y todas sin excepción siguen estando aquí.

Gracias por todo, lo tangible y lo que no.

¡Qué de cosas!

martes, 6 de julio de 2010

Nos pasamos la vida esperando cosas. Las más habituales y solicitadas son que nos llegue el amor de nuestra vida y que nos toque la lotería. O que nos llegue la lotería y nos toque el amor de nuestra vida, no vamos a ponernos tiquismiquis.
Dado que yo no creo en el contigopanycebollapasiempre y que no gasto ni un céntimo en juegos de azar, estas dos situaciones en particular quedan fuera de la alforja de mis esperas.
Lo que yo llevo esperando más de un mes es que me lleguen las ganas de escribir en el blog. O dicho de otro modo, que las musas dejaran de bailar medio desnudas para otros y se decidieran a venir a visitarme. Ahora que lo pienso... ¿por qué tienen que ser mujeres? ¿por qué no hay musos que te visiten de noche? y ahora que lo pienso más... ¿por qué me imagino a las musas en paños menores o directamente sin paños? Seguro que esto tendría que hacérmelo mirar.
En realidad no es porque no hayan pasado cosas durante este tiempo, que sí han pasado, por ejemplo que si estos días atrás me atrevía a preguntar lo que era un fuera de juego, decenas de ojos me atravesaban de parte a parte y los dueños de esas miradas me tildaban poco menos que de traidora a la patria cuando "confesaba" que no había visto el partido contra Honduras.
-¿Pero tú sabes dónde está Honduras?
-Claro, en África
-Muy bien, campeón. A por ellooooooos, oeeeeeeeeeee
Otra cosa que ha pasado es que un amigo me invitó a cenar en Altea. Si me hubiera avisado no hubiera llevado taconazos (lo que conozcan Altea sabrán por qué lo digo) pero como fue una sorpresa y como el que quiere presumir tiene que sufrir...
El restaurante en lo más alto del pueblo, la mesa en la terraza con velitas, y las vistas... ¡madre mía! toda la bahía a mis pies, completamente iluminada. Fue sentarme y quedarme sin palabras.
-¿Te gusta?
-...
-¿No te gusta?
-...
-No te gusta
-...
-Pero dí algo
-¡Calla, coño!
(sí sí, a mí a romántica no me gana nadie)
Otra cosa que ha pasado es que una legión de bacterias ha invadido mis encías. ¿Os acordáis de que hace un par de meses comenté que tenía una infección? Pues no, no era una infección, era la madre de todas las infecciones, vamos... que las toxinas de mi boca tenían montado tal sarao que ríete tú de Sodoma y Gomorra. Tuve que buscar un periodoncista, que es un señor especialista en enfermedades periodontales, que me dijo que las bacterias se estaban comiendo la masa ósea de mis dientes. Si yo les doy de comer cada día pescadito y frutitas y verduritas y de vez en cuando incluso algún pastelito... ¡qué necesidad tenían de comerse también mis dientes! ¡Cabronas! Pero si yo voy al dentista una vez al año sin falta y me cepillo los dientes tres veces al día... Ah, sí, pero esto normalmente es hereditario... ¡la madre que me parió!
Ayer me hicieron la segunda parte del tratamiento (si os interesa ponéis en google "raspaje de encías" y os enteráis, que es muy largo de contar) y ya de paso me tuvieron que extraer una muela, completamente sana, porque ya no tenía remedio.
-Te pongo este algodón en el hueco, y aprieta los dientes un par de horas. Dientes, dientes, que es lo que les jode...
-Aziazzzzzzz
Salgo del periodoncista y llamo a Ana, que tiene siete puntos en la rodilla (otra cosa que ha pasado, pero esa cosa es suya) para contarnos nuestras cuitas.
-¿Dónde estás?
-En la uerta
-¿En la huerta? ¿En qué huerta?
-En la huerta no, en la uerta
-¿En la puerta?
-En la uerta, zí, en la uerta def cote inglé
Otra cosa que ha pasado es que presenté un relato a un concurso. A un concurso de relatos, naturalmente, no va a ser a uno de belleza. Y oye, que quedé entre los doce finalistas, y oye, que de los doce finalistas quedé en primera finalista. O sea... la ganadora y luego yo. Chachi. Y nada, que el viernes me voy camino de la entrega del premio a la ganadora... o sea... yo no, y de la velada literaria que se hará con los finalistas y la ganadora. Venga, aguantad un poco, que ya os lo contaré todo a la vuelta, que los musos vuelven a quererme.

...Y tan pocas balas

viernes, 28 de mayo de 2010

Hacía mucho que no discutía con nadie. No me gusta discutir. Pero, oye, es que hay veces que te buscan y te buscan y te rebuscan y tú no puedes hacer otra cosa que terminar saltando enfurecida (o casi) sobre el rebuscador. Hace unos días, estando reunidas algunas personas, alguien dijo algo (no voy a decir quién ni qué) sobre una empresa. Digamos que yo tengo línea directa con la susodicha empresa y comenté que me extrañaba la noticia. Sí, sí, es verdad, me contestó.
Bien, en cuanto tuve oportunidad (tres días más tarde) hice la pregunta adecuada a la persona idónea. Y me corroboró que, efectivamente, no era cierto, y ya de paso me contó la verdadera historia.
Naturalmente, en cuanto he visto hoy a "alguien" me he ido directa...
-Oye ¿tú de dónde sacaste la noticia del otro día?
-Ah, no sé, es lo que dicen
-¿Lo que dicen, quiénes?
-Pues por ahí, la gente
-¿Y tú vas difundiendo un rumor que no sabes si es verdad?
-Hombre, si a mi me lo dicen...¿qué tengo que hacer?
-Callarte
-Vamossssssssssss, porque tú lo digas
-No, porque yo lo diga no, porque es lo correcto
-Eso no lo hace nadie
-Lo hago yo
-Serás la única. Además...tú eres rara (yastamos)
-Será eso
-La otra noche te fuiste a cenar con tu ex ¿no?
-¿Y?
-Pues que la gente pensará que habéis vuelto
-A mí lo que la gente piense me la refanfinfla
-Pues entonces no te quejes
-¿Pero de qué coño me estoy quejando yo? (reconozco que aquí ya me estaba calentando)
-De que la gente hable
-¿Pero por qué narices la gente tiene que hablar de lo que no le importa?
-Porque sí
-¿Por qué sí? ¿por decreto-ley?
-Y si no quieres que hablen de ti, no salgas a cenar con tu ex
-Perdonaaaaaaaaaaaaaa? (sí, los ojos saliéndose de las órbitas)
-Si tú no quieres hablar de nadie es tu problema, pero los demás tenemos derecho a hablar de lo que nos dé la gana
-Mira, bonita, tendrás derecho a hablar de lo que te dé la gana siempre y cuando te hayas asegurado antes de que lo que dices es cierto, y ni así.
-Claro, será mejor ser como tú ¿no?
-¿y cómo soy yo?
-Pues eso, que no te enteras nunca de nada
-Si todo el mundo fuera como yo en ese aspecto...otro gallo nos cantaría
-Sí, vale, lo que tú digas
He dado por concluido el tema antes de que mis manos fueran directas a su cuello. Va a tener razón mi madre cuando dice que no tengo conversación porque no veo Gran Hermano.